El inicio
Era una mañana muy tranquila y soleada como cualquier otra, me desperté en una cuna de madera que había hecho mi padre con sus propias manos, en el centro de un cuarto con piso de madera y paredes de madera.
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Tenía aproximadamente 5 años, es el primer recuerdo que tengo de esta vida terrenal, antes de ese día mi mente es una hoja en blanco, ni aún cuando mis padres me cuentan que mi hermano mayor me tiraba al suelo cuando estaba aprendiendo a caminar, ni cuando mi hermano mayor tuvo un accidente frente a nuestra casa, nada de eso significa nada en mi mente, solo solo historias que me cuentan y que las escucho como si le hubieran pasado al hijo de mi vecino, no generan nigún tipo de recuerdo en mi mente, y no por que no haya vivido esos momentos, simplemente mi mente dejó de recordarlas por que no le parecían relevantes.
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En mi infancia fuí un niño bastante tímido y retraido, me gustaba explorar cosas nuevas, me gustaba como mi madre lo llamaba "travesiar" todo tipo de jueguetes o aparatos que normalmente dejaban de funcionar, pero yo solo quería saber como estaban hechos y como lograban ese funcionamiento.
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Mi familia siempre vivió en el campo, eramos de pueblo, esos pueblos donde todos se conocen y es normal pasar en las casas de tus amigos hasta tarde, y que a tu mamá le diera verguenza que cuando llegabas a la casa ya habías cenado por que la mamá de tu amiguito te dio de cenar. ¿Acaso usted no tiene casa? que va pensar esa señora que yo no le doy de comer, que verguenza con usted.
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Aún así yo nunca fuí de tener muchos amigos, pero disfrutaba enormemente andar con mi papá trabajando al campo, recuerdo que teníamos una finca con potrero para ganado, pero sin vacas, y con una parte de cafetal, cuando mi papá tenía que desplazarse a esta finca, que quedaba a unos 40 minutos a pié desde mi casa, me encantaba ir con el para ir a jugar al potrero mientras mi papá trabajaba el cafetal, o recolectaba el café en tiempos de cosecha.
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Me encantaba ir a un riachuelo que había dentro de la finca, una naciente de agua cristalina y pura en la que había unos peses pequeños que llamaba "Aluminas" y las cuales me encantaba pescar usando un galon cortado por la parte de arriba, tenía que ser muy rápido pues estos peces lo son aún mas, los pescaba por diversión y los volvía a soltar, me subía en los árboles de Guayaba y finfía que eran mi casa, que una rama era un cuarto y otra rama la cocina. Disfrutaba enormemente la hora del almuerzo, bien dicen y es muy cierto que el "almuerzo de cafetal" sabe a gloria, de seguro por el cansancio y el hambre, hace que todo sepa mas rico, arroz y frijoles, una torta de huevo y unas tajadas de platano maduro, eran para mí el mejor manjar que podía probar, echarse una siesta después de almorzar tambien era magnífico y relajante.
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También teníamos un caballo blanco, lo usaba mi papá para transportar el café desde la finca hasta donde pasaba el camión que se encargaba de recoger el café, a mi me encantaba pasar montado de ida y de vuelta en cada viaje de café que hacíamos, recuerdo que un día mi papá me dejó llevar las riendas del caballo así que como había visto en las peliculas comencé a punzar el caballo por las costillas y a hacer sonidos para que corriera más, cual fue mi sorpresa que el caballo comenzó a galopar, y yo solo solté la rienda y me abracé del cuello del caballo, por que montabamos "en pelo" nada de monturas no, lo mas que se ponía era un "aparejo" que era como un armatoste de madera para poder montar los sacos de café y ya de vuelta a dejar el caballo en el potrero montaba en pelo directamente, claro estuve apunto de que me tirara al suelo pero por dicha se detuvo solo, mi papá me alcanzó y me bajó del caballo y pude contar la historia hoy día.
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A la edad de 6 años ingresé a primaria, pero esto es otra larga historía, que contaré en otro "episodio". Ignoro si alguien ha leido esto, pero si es así y te interesa leer más de mi vida, dejamelo en comentarios, es gratis, esto solo lo hago como un pasatiempo pero me encantaría saber si hay gente que me lee.